
Antonio Gala

2 de octubre de 1936 Brazatortas, Ciudad Real, España
Dramaturgo, novelista, poeta y ensayista español.- Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra.
- Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo.
- Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos.
- La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.
- La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante.
- El amor es una amistad con momentos eróticos.
- Y de repente busca una boca nuestra boca, y unas manos oprimen nuestras manos y hay una amorosa voz que nos dice: "Despierta. Estoy yo aquí. Levántate". Y vivimos.
- El dolor es más fuerte entre los más fuertes. Como el cáncer.
- Todo lo que una mujer quiere de verdad: un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa; lo quiere como a un hijo.
- Alguien ha dicho que la luna está tan pálida porque hace exclusivamente vida de noche.
- ¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa costumbre de tus alas que refrescan el aire y renuevan la luz?
- Tú te has llevado tu olor a bosque y el gusto de la vida.
- Los políticos honrados se quitan del medio cuando cae sobre ellos la sospecha.
- Una casa es el lugar donde uno es esperado.
- Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre.
- Callad, amantes, y ocupad el labio con el beso. No pronunciéis palabras vanas mientras se busca vuestro corazón en otro pecho, jadeante y pobre como el vuestro, ya al filo de la aurora.
- Abrázame en tus alas para que otro aire no me roce sino tu aliento, del que vivo y muero.
- No finjas más, no ocultes la excesiva hambre de mí que te arde en la mirada...
- Te duele la victoria, y dócilmente a cuestas tu destino de amor llevas, delicada y sangrienta vida mía.
- Vivid no de acuerdo con los ideales recibidos, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición más vehemente.
- El que no ama siempre tiene razón: es lo único que tiene.
- Era invierno; llegaste y fue verano. Cuando llegue el verano verdadero, ¿qué será de nosotros?
- Tu oficio es cotidiano y decisivo: mientras alumbre el sol, serás ardiente; mientras dure la vida, estarás vivo.
- Quién pudiera ostentar, como una brida, el arco iris sin par de tu mirada desde tu luz a mi negror caída.
- No quisiera pensar si no pensara que, privado que fui de tu hermosura, me olvidara de mí si te olvidara.
- El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón.
- ¿A la política se dedican quienes no sirven para otra cosa?
- En una rosa caben todas las primaveras.
- Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro.
- Cuando el amor comienza, hay un momento en que Dios se sorprende de haber urdido algo tan hermoso.
- En esta playa te amé tanto que una respiración para los dos bastaba.
- Cuando se colabora con un loco o se comentan sus manías, se cae en la locura.
- Pues que eres al olvido invulnerable, vulnérame ya, amor, deshazme el pecho y anida en él, demonio y ángel mío.
- Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven.
- Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna éramos Dios. Y lo adoré.
- La libertad hubiera sido herir tu pensamiento, trasponer el umbral de tu mirada, ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte, como una flor, la infancia, y aspirar su esencia y devorarla. Hacer comunes humo y piedra. Revocar el mandato de ser. Entrar. Entrarnos uno en el otro. Trasponer los últimos límites. Reunirnos...
- Quizá el amor sea simplemente eso: el gesto de acercarse y olvidarse. Cada uno permanece siendo él mismo, pero hay dos cuerpos que se funden.
- Te me escapabas, de cristal y aroma, por el aire, que entraba y que salía, dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera, en el dintel de siempre, prisionero de la celda exterior.
- Enemigo íntimo (1960)
- Los Verdes Campos del Edén (1963)
- Anillos para una dama (1973)
- ¿Por qué corres Ulises? (1975)
- Petra Regalada (1980)
- Samarkanda (1985)
Fuente: Frases Y Pensamientos
Antonio Gala
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