
Alfonso Reyes


17 de mayo de 1889 Monterrey, Nuevo León, México 27 de diciembre de 1959Lugar: México
Gran poeta, escritor y diplomático mexicano, uno de los mejores críticos y ensayistas en lengua castellana, también conocido como el “regiomontano universal”.- El deber más santo de los que sobreviven es honrar la memoria de los desaparecidos.
- No cabe duda: de niño, a mí me seguía el sol.
- El libro enriquece igualmente la soledad y la compañía... La vida muere, los libros permanecen.
- ¡Qué natural lo que se acaba cuando ya se apaga por sí! Voy con la razón satisfecha, dormido, contento feliz.
- Quiero que la literatura sea una cabal explicitación, y, por mi parte, no distingo entre mi vida y mis letras. ¿No dijo Goethe: Todas mis obras son fragmentos de una confesión general?
- No me vendas rencor en almíbar, si he de hallar acíbar en el corazón.
- Conservo retratos de mis tres, de mis seis meses, me parece que ésos son mis verdaderos retratos y lo demás es decadencia.
- Hay que interesarse por las anécdotas. Lo menos que hacen es divertirnos. Nos ayudan a vivir, a olvidar por unos instantes: ¿hay mayor piedad? Hay que interesarse por los recuerdos, harina que da nuestro molino.
- ¿La emoción? Pídela al número que mueve y gobierna al mundo. Templa el sagrado instrumento más allá del sentimiento. Deja al sordo, deja al mudo, al solícito y al rudo. Nada temas, al contrario, si en el rayo de una estrella logras calcinar la huella de tu sueño solitario.
- ¿Qué tienes alma que gritas a tu manera y sin voz? Los caminos de la vida no llevan a donde yo voy.
- ¿Qué culpa tengo yo de tener una memoria de colodión, que lo que miro se me queda grabado?
- El fin de la creación literaria es iluminar el corazón de todos los hombres, en los que tienen de meramente humano.
- Todas las religiones contienen también un cuerpo de preceptos morales, que coinciden en lo esencial.
- El bien no debe confundirse con nuestro interés particular en este o en el otro momento de nuestra vida. No debe confundírselo con nuestro provecho, nuestro gusto o nuestro deseo. El bien es un ideal de justicia y de virtud que puede imponernos el sacrificio de nuestros anhelos, y aun de nuestra felicidad o de nuestra vida. Pues es algo como una felicidad más amplia y que abarcase a toda la especie humana, ante la cual valen menos las felicidades personales de cada uno de nosotros.
- Hay momentos en que necesitamos echar mano de nuestras fuerzas corporales, aun para los actos más espirituales o más orientados por el ideal. Así en ciertos instantes de bravura, arrojo y heroicidad. Hay otros momentos en que necesitamos de toda nuestra inteligencia para poder atender a las necesidades materiales. (...) De modo que estos dos gemelos que llevamos con nosotros, cuerpo y alma, deben aprender a entenderse bien.
- El hombre, al nacer, es ya parte de una familia. Las familias se agruparon en tribus. Éstas, en naciones más o menos organizadas, y tal es el origen de los pueblos actuales. De modo que la sociedad o compañía de los semejantes tiene para el hombre el mismo carácter necesario que su existencia personal. No hay persona sin sociedad. No hay sociedad sin personas.
- El hogar es la primera escuela. Si los padres, que son nuestros primeros y nuestros constantes maestros, se portan indignamente a nuestros ojos, faltan a su deber; pues nos dan malos ejemplos, lejos de educarnos como les corresponde.
- Mi respeto a la sociedad, y el de cada uno de sus miembros para los demás, es lo que hace posible la convivencia de los seres humanos.
- La subsistencia de la sociedad es indispensable a la subsistencia de cada ser humano y de la especie humana en general.
- Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto.
- El Derecho procura establecer la justicia en todos los tratos y compromisos entre los hombres.
- El respeto a la patria va acompañado de ese sentimiento que todos llevamos en nuestros corazones y se llama patriotismo: amor a nuestro país, deseo de mejorarlo, confianza en sus futuros destinos.
- La paz es el sumo ideal moral. Pero la paz, como la democracia, sólo puede dar todos sus frutos donde todos la respetan y aman.
- Mientras haya un solo país que tenga ambiciones sobre los demás y se arme con miras a la conquista, el verdadero pacifismo consiste en crear alianzas y armarse para evitar semejantes delitos internacionales.
- Visión de Anáhuac (1917)
- Ifigenia Cruel (1924)
- Cartones de Madrid (1917)
- Cuestiones gongorinas (1927)
- Otra voz (1936)
- Junta de sombras (1949)
Fuente: Frases Y Pensamientos
Alfonso Reyes
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